Amazings 2011, Bilbao

Lo prometido es deuda. En mi última entrada ya expliqué lo que era Amazings 2011, así que no lo volveré a explicar, sólo haré mi comentario sobre los dos días del evento.

De entrada debo decir que no pensaba yo que fuera sencillo condensar en diez minutos temas tan complejos (de salida) como los que venían en el programa, me consolaba pensar que al ser corto, no se haría aburrido.

Durante los dos días he sido exagerado en llegar temprano, siempre por miedo a no tener sitio. Y la verdad es que ha habido días que el paraninfo estaba abarrotado, pero posiblemente no me hubiera hecho falta adelantarme tanto.

La primera sorpresa fue la absoluta minuciosidad con el tiempo. Se empezaba a la hora prevista en punto, y los ponentes eran fieles a sus diez minutos, en muchas ocasiones incluso acabaron antes. La organización les iba informando mediante cartelitos del tiempo que les quedaba. Otra buena idea era el wifi gratuito en el recinto. Nos servia para mandar inputs a la organización, y para comentarnos cosas unos a otros, usando el hashtag #amazings2011. En uno de mis twitts, creé el concepto “Puntualidad Amazings”, que fue acogido con entusiasmo por la organización.

En general todos lo ponentes consiguieron dar un tono muy ameno a sus charlas, con mucho humor, muchas anécdotas, que además es lo que más perdura después de la charla. Aquel tomate transgénico de laboratorio que José Miguel Mulet no tuvo ningún problema en comerse delante nuestro. El baile de la Bomba, con que Sergio L. Palacios acabo su interesante charla sobre errores de las películas de ciencia ficción (la charlas más larga, por cierto). Y otras muchas, que ahora mismo no me vienen a la cabeza.

Las charlas estaban  más o menos organizadas en bloques temáticos de tres charlas, y tras cada bloque había una mesa redonda con todos los ponentes. Las mesas redondas fueron incluso más interesantes que las propias charlas, ya que se profundizaba en cosas que se habían quedado fuera de los diez minutos. Un simple ejemplo, en una de las últimas charlas se nos explicó, con bastante claridad, lo que había sido uno de los temas del día, los neutrinos, y su rapidez.

No voy ha comentar charla por charla, no me veo capacitado, pero si dividiré el total de las charlas en cuatro bloques, y los comentaré uno a uno.

Las charlas científicas. Bueno, de eso se trataba el tema, y todas las charlas científicas, fueran por científicos o por aficionados a la ciencia, fueron estupendas. Las hubo de nivel más complicado y de nivel más sencillo, pero en todas aprendí muchas cosas que no me eran conocidas.

Las charlas escépticas. Para mi gusto más de las necesarias. Y ojo, conste que todas me parecieron muy interesantes y muy bien expuestas, pero creo que con una o dos habría sido suficiente, sobre todo contando que en principio, los asistentes eramos gente interesada en la ciencia, y nuestro escepticismo, o mejor dicho, nuestro pensamiento crítico, debería darse por supuesto.

Las charlas “he venido a hablar de mi libro”. Igual que en el caso anterior, las dos charlas que considero que ocupan esta sección fueron interesantes, pero yo no las habría incluido. Una era la que nos hablo del programa «Escépticos» (y conste que esa charla hace que esté esperando que sea la hora para ponerme a verlo). La otra la intervención de Ámerica Valenzuela, del programa de RNE “Ciencia al cubo”, fue también amena y simpática, pero mi sensación era que venía a  vender su programa.

Y el último bloque, el de «Esto no tocaba». Aquí se la cargan dos de las últimas intervenciones. Soy seguidor del blog “Ya está el listo que todo lo sabe” de Alfred López, y me gustan mucho sus entradas en el blog. Pero la verdad, creo que lo del monologo humorístico no fue una buena idea. Por un lado mucha gracia no hacia (hubo charlas normales con bastante más humor), y por otro se volvió al tema del escepticismo. Creo sinceramente que Alfred habría podido hacer una charla súper interesante, pensada de otra manera. El otro fue el mago. Quiero aclarar que me encanta la magia, me fascina, pero no creo que fuera el lugar, y es que además, tampoco llegó a ser magia, fue ver a un señor montar un cubo de Rubik, vale, sí lo acabó con los ojos vendados, pero tampoco eso consiguió hacerlo mucho más interesante dentro del entorno.

En cuanto a todo lo que es organización, a mi me pareció perfecto. Quizás únicamente algún tipo de control de asistencia. No por nada, pero es que podía haber pasado, que te hubieras pegado el madrugón para tener sitio, y en la primera pausa sales a hacer un café y cuando vuelves ya no tener sitio, mientras que uno que hubiera llegado tarde si lo podría tener.

Para poder todas las charlas en video, sólo hay que mirar aquí.

Nota general 8.5, y ganas de poder repetir en Amazings 2012.

Próximamente haré otra entrada sobre lo que no fue Amazings, en Bilbao, ya que ha sido un fin de semana de contrastes.

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